EL GOZO DE DIOS JOSUE IRION

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Agregado Por angelis
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¡Deleitarse en el Señor! Ver: Sal 37.4, 112.1; Is 55.2; Rom 7.22 Por M.Montenegro Que increíble nos parece, cuando vemos a la gente correr tras sus planes en la vida, y no tienen en cuenta a Dios en lo mas mínimo. Sus motivaciones son genuinas y tan poderosas que dedican tiempo, dinero, y todo lo que esta a su alcance para llegar a cumplir con sus objetivos. Pero no piensan en el Señor, ni siquiera les interesa. En algunos el colmo de la gravedad es ni creer que exista. Esto no solo ocurre en personas inconversas, sino en la iglesia también desafortunadamente. Les vemos que nunca están satisfechos. Siempre andan con problemas. Cargados. Cansados. Un tiempo les entretiene una situación y en muy poco lapso es otro el inconveniente. Su relación con los hermanos de la iglesia es temporal. Un tiempo están subidos en una nube y en otro momento debajo del pozo mas profundo. ¿Qué es lo que ocurre?. ¿Por qué?, si a veces beben de los mismos mensajes de los hermanos, de la misma alabanza en la iglesia. ¿Por qué les pasa a algunos que nunca arrancan?. Siempre andan con las lamparas un poco vacías de aceite, dando muy escasa luz. Con el motor a media maquina. Oigamos la voz del salmista, alentando a Deleitarse en el Señor!! (Sal 37.4) Entiendo que lo que hace a un cristiano carnal y recalcitrante en el pecado, es que no se deleita en el Señor. No logró hallar el gozo en su corazón de conocer la vida de Dios. No pudo percibir la lluvia de bendición que es cada día reconocer que ALGUIEN santo esta fiel al lado de él. No sé, pero es extraño para mi un creyente así, sin deleite. Y me pregunto ¿qué extraño puede ser esto para el Padre eterno y para sus ángeles?, ver que los redimidos, por los cuales envío a su hijo al sacrificio voluntario en la cruz, no se deleitan. Un discípulo de Cristo VIVE en deleite. No es una alegría meramente humana (2 Tim 3.4; Heb 11.25; St 5.5), aunque la alegría “en él” también es buena (Ec 7.14). Sino que confía en Dios. Le cree a él. Vive por él. Siente hambre de conocerle cada día mas. No se conforma con lo de ayer, desea mas, se esmera por tomar algo mas de él cada día. Llueva o truene va. Va en búsqueda de Dios. Va a su habitación, también va a encontrarse con sus hermanos, porque sabe que allí aparecerá lo mejor que le pudo pasar en la vida, sabe que entrara en escena otra especie de comunión con el que le sacia su sed y le calma su hambre. No verifica si tiene ganas, no piensa en los gastos, va, va , va. Porque sabe que allí obtendrá y dará gratitud, lo que no se puede comprar. Mas rico que el mejor banquete, mas caro que el mejor oro refinado. El discípulo se aísla de toda ocupación, y nada se interpone en su camino. Tiene un impulso como un río que le lleva, o un torbellino que le empuja. A un discípulo que se deleita en el Señor nada le detiene. Por esto mis amados hermanos, si tenemos este gozo, a veces inexplicable, indescriptible, tenemos una carga también. Que es hacer que otros que no conocen este disfrute que lo lleguen a experimentar. Y seguimos yendo a buscar aquellos que pueden ser futuros hombres y mujeres de Dios. Ir por ellos es un deleite también. Cuando somos perseguidos con mentiras también habrá gozo. ¿Y cuando alguien acepta a Jesús en su corazón y recibe de la suministración del Espíritu?, Que deleite!!, que gozo!!, que panorama tan fogueante. Y para sumar a esta gran noticia que ven nuestros ojos, que gloria es ver aquellos hijos nuevitos en el Señor deleitarse en él juntos a nosotros, junto a la iglesia.
Categoría
Predicas de Sabiduría

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